El Espejo del Amor

Ahondo la eternidad.
Soy polvo sin metáfora.

Vibro en el oficio del exceso.
No he aprendido a separar el trigo
del oxímoron que es mi ser.

Con denso empaste te pinté.
Mi oficio de hombre se ha vuelto sombrío.


Me voy dando cuenta
que la vida ya se va.
Sólo me aguarda
el viento disperso de la esperanza.

Te tocará a ti,
igual que a mí,
tener paciencia:
La lengua tiene que vaciarse.


Presos en la acción; el acting de hacer y deshacer.

El peso de cada alma se desvanece
en el espejo
o en la reluciente letrina.

c-a-l-i-g-r-a-f-í-a- “del yo”.
La negación del ego.

En cada palabra,
una gran verdad.
Pero como es tan grande,
sopesa su falacia.


Tal es el valor de los sentimientos,
que hay que entender a golpes
que es una entrega
para la fuga.

En el sigilo,
galopamos en el vacío.
cada sujeto amplifica su quejido.

 

Buenos Aires, 2015.

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