Indiferencia global
El desmoronamiento del sistema capitalista socialista nos obliga a prepararnos para construir una nueva civilización, donde se garantice como condición fundamental una educación propensa a conservar la vida, de tal forma, que el individuo alcance en conjunto con el cosmos una interacción “SANA”, más una suerte de indiferencias globales no ha permitido en el seno de todos los espacios un equilibrio con la naturaleza, por eso, hoy más que nunca tenemos que forjar y apostar por una categoría biótica, donde la condición natural de individuos se adhiera a una pertenencia más colectiva.
Debemos superar las viejas reglas de la productividad donde el poder lo ostenta quien más poder económico posee, por ello, hay que forjar un patrón de poder global que permita un renacimiento colectivo en el que inteligentemente quien menos consume gana más poder, de lo contrario, se comprobará en todas latitudes un desface bio-social.
Ese debe ser nuestro refugio filosófico para poder matar a esta sociedad comunista y construir una sociedad bio-organizada.
Mucho se habla de ecología y protección del medio ambiente, sin embargo, la cultura comunista no deja mayor espacio para su aplicación.
Desde la firma del trabajo de Kioto y la cumbre de Río de Janeiro han pasado casi 16 años y más allá de que las reducciones de emisiones de fases no han sido significativas, y Estados Unidos no firma o rectifica el tratado, nos hemos tragado en la memoria histórica universal el problema, sin lograr ejecutar un proyecto que nos garantice a la raza humana una armoniosa supervivencia.
En esta aldea global el hombre sigue desvalorizando su calidad de vida por acumular cosas que la están haciendo mutar de piel de homo sapiens a homo suicida.
Ojo, o cambiamos nuestros paradigmas o moriremos asfixiados por una soberbia gula.
7 sept 2008