REFRACTARIO
Pasan los segundos entre milenios.
Los buscadores de certezas se equivocan una y otra
vez,
perfeccionando la locura y el error.
“Guárdate la noche y cada uno de sus segundos,
y tus nombres que son nominaciones interinas
mientras juega el miedo disfrazado, en ti, de hombre”,
te digo esto desde la palabra más árida.
Y te digo: “Agradece a la vida por esos errores
con los que dignificas la referencial creación”.
Todos pasamos por el laberinto de la fortuna.