Repentinas sensaciones
La máquina social parece que avanza entre cosa y cosas,
ellos mismos inmovilizándose en la espera van definiendo el marco de su decadencia,
ya que el Poder les fija límites, un desarrollo, y su sentido, que desde afuera está planificado.
Luego los invade la angustia, nacen las discusiones sobre la verdad.
Las palabras de los poderosos dejan huellas que laceran, y la masa no alcanza a construir algo propio.
Así, sus ojos meditabundos han quedado cegados, y solo alcanzan a ponerse la máscara de la supervivencia.
Ojalá que alguien como cíclicamente lo ha sido, haga al clásico Poder, transpirar y arrepentirse.
Berlín/2016