UN DIOS AL DÍA

Dios,
no nos amenaces con la vida eterna.
Levanta tu cruz hacia mí, con amor.

Yo, a mi Dios, le puedo perdonar su ira.
Aprendí a rezar
y lo único que conseguí fue un dios propio.

Pero, oh Dios, lo que no te perdono
es tu total indiferencia.