Fuera de la dignidad
Nuestra libertad ha quedado atrapada por el irrespeto a nuestro propio “yo”.
Nos hemos adherido a tal comodidad que para todo requerimos de un lazarillo, por no desarrollar nuestras propias habilidades para hacernos cargo de nosotros mismos, por lo tanto en lugar de acrecentar nuestra propia dignidad la vamos decreciendo.