Suerte gitana

La noche me ha cargado de muchas dudas,
camino por Sevilla preguntándome:
¿Por qué esa gitana de ojos grandes
no me quiere leer la suerte?

Soy un romántico terrible.
¡Ay! como me duele envejecer,
pero como me siento poeta,
concienzudamente sé
que también hay amor para los viejos,
aunque la gitana no me quiera recitar la suerte.

ENTRE CONTAGIOS: