Conservando la existencia
Escucho la noche
como respuesta a tu amada ausencia,
que la sigo guardando
como el primor de mi existencia.
Aún conservo ese recuerdo
de nuestro blanco lecho,
donde tu voz se posaba entre mis horas
y toda mi vibración se posaba entre tus entrañas.
Tu inocencia
es tu don perfecto,
que saludo con respeto.
Por ello,
cada vez que te beso
me bautizo con la madurez
de tu madurada inocencia.
Garza Roja, 27 de Diciembre del 2008.