Enredado en el color

Enredado entre el color de tus piernas
no me hace falta ninguna almendra.

Te canto, recito y amo,
robándote notas y flores.

Enredado en el color de tus ojos,
no sé dónde acabará este viaje,
placido me he quedado dormido
después de que comí de tu mano.

Enredado en el color de tus labios
aprendí a no perderme de ese milagro,
ya que te debo la vida
sé que también te deberé la muerte.

 

Garza Roja, 28 de Diciembre del 2008.

DULCE IMPÍA: