La luz que declina
El amor de los políticos es un timo.
Mira a sus borregos tumbados, no supieron sopesar el detalle.
El porvenir de sus días desaparecerá lentamente.
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El no Ser – Patria flota en el ambiente.
La ciudadanía es un sobrenombre vacío,
y el individuo no sabe cómo tomarse la revancha.
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La ciudadanía y sus frágiles variaciones
lo transforman en criatura fascinada por el vaporoso Poder,
que los empantana con sus interesados intereses.
Así emerge el tecnócrata discutiendo sobre ciencias humanas,
recreando a la Patria con sus patrióticos análisis sociológicos
y diagnósticos socioeconómicos con lo que justifican su abultada existencia.
Berlín/2016