Epidérmicamente, El Reino Del Revés

Bajo el hervor del mundo, cae la luna derrotada.
La sangre de la noche suspira, mientras tu santidad espera.

Cada personaje entregado a su suerte.
Pasiones que se apagan,
pasiones nuevas que se encienden,
para que nazcan nuevas nubes.

Amanece este poema,
como una barca de gran música
que en los labios del poeta,
despierta.


1
Los amores a veces se parecen a la palabra “nunca”.

2
A resistir, aunque es seguro que habrá más pena que olvido.

3
Comprobarás, con gran horror cristiano,
que en el alma vive la angustia de vivir.

4
Sílaba a sílaba, todavía creo en nuestra ilusión.
Aunque el violento verbo “amar” nos guinde de los pulgares.


1
Raspa el silencio con tu sangre: nacerá una rosa.

2
Descubre la curvatura del amor que alzará el sol.

3
Quien turistea merodeando iglesias y mercados,
se llena de la luz brillante de la cadencia de otros seres.
Sobrevive tal vez un poco más…

4
Otra luciérnaga se apaga,
otra lágrima atraviesa otro rostro.
Las fauces de las damas las vuelven eternas.

5
¡Rasgándote las vestiduras no llegarás a ninguna parte!

6
Agradece que algún desastre haga que tu reloj actúe.


La locura es el espíritu de todos los tiempos
y el amor, la ancha avenida por donde todo transita.

¡Ay, de los lenguajes burocráticos!
Hacen sufrir a los pueblos con sus rencorosos decretos y estadísticas.

Tantas veces te borrará el amor,
como muchas otras te pintará.

No podremos descansar en paz.
Hay que pelear hasta con los buitres.

 

Buenos Aires, 2015.

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