De gamonal a gamonal

El pueblo ecuatoriano se ha preguntado siempre:
¿Qué aporta la clase política aparte de defender sus intereses?

 

Hoy, parece que hubiera nacido una nueva clase política que liquida a la vieja; pero cabe preguntar si estamos eliminando al mal o al malhechor.

La impertinencia política galopa con un nuevo resplandor.

Hemos ido del “pan, techo, empleo neoliberal y populista”, a “La Patria ya es de todos”, bajo el liderazgo férreo, fogoso y recio de dos monos temperamentales: León y Rafael.

Nada en el país antes se movía sin la venia de León, ahora parece ser que Correa lleva ese mismo ilustre gamonal.

En la nación, hay una cantidad de “rebeldes con causa” que giran alrededor de una verdad que solo ellos pueden relatar, entonces aparecen los populistas que se transforman en intérpretes de esa rebeldía, la cual les da popularidad, pero luego encallan entre sus propias idolatrías; haciendo que la esperanza de “pan, techo y empleo”, o “la Patria ya es de todos”, se transforme en otro genial slogan.

Muchos piensan que no debemos perder la fe en Correa, pero cada vez que leo la historia me doy cuenta que la Patria vibra, y cada vez que vibra, algún sermonero lo condena una nueva frustración.

Los pueblos dan los votos a cambio de nada, o tal vez de promesas irrealizables que se transforman en mentiras.

El país seguirá girando haciéndonos parecer como que todo cambia y luego ¡Zas!

De voz y de puño y letra, les digo:

“Sonsa historia la nuestra, ninguna Patria tuvo ni tiene, ni tendrá realmente un salvador”.

 

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