Estudiarse
Nunca, en los 10 años que llevo como radiocomunicador, les he hablado de asuntos que no sé o que realmente no interesan.
Hoy, puedo colegir estudiando nuestra historia, que el mundo del señor feudal aún no ha sido abortado. Nuestra vida en sociedad todavía es educable y formable, desde el punto de vista constitutivo ha recibido una cantidad significativa de derechos y ninguna aceptación de deberes como fundamento obligatorio para cada ciudadano.
“Una sociedad jamás podrá superar sus problemas si no se estudia a sí misma, ya que se seguirá negando a la posibilidad de perfeccionamiento”.
Un dogma, a decir del filósofo argentino José Ingenieros, “es una opinión impuesta por una autoridad”, ¿por cuál autoridad?, quizá por el paso de una revelación divina, o por la imposición de alguna institución humana o del pasado, así mismo la iglesia o los reyes, que como decía el mismo José Ingenieros, eran sus intérpretes.
Hoy, las instituciones modernas política-económicas, nos hacen agudizar la lucha entre los dogmas; ya no sobre las creencias religiosas, sino sobre el logro del perfeccionamiento humano a través del Mercado (neoliberales) o el Estado (los socialistas), como un dogma inalienable e infranqueable; pero lo grave es que ambos bandos dogmatizan en el Mercado o en el Estado los beneficios para el ser humano.
Moralmente, pregunto:
¿El sistema social que propone Correa, donde la masa amasa derechos sin exigirse a sí misma deberes, logrará alguna sanación?
El dogma socialista debe ser acatado tal como ellos lo conciben; tal como el dogma en su intensidad lo exige, ¿qué pasa entonces si el contenido de su doctrina es absurdo?
Ojo, ningún dogma deja ninguna libertad, pero crea tal carácter de divinidad que los pueblos los consumen gracias a su imprescindible ignorancia.