Trilogía del Francotirador
1. Comprendamos
Para convertirnos en meritorios hijos de la Patria, tenemos que superar con trabajo nuestros complejos nacionales.
Nuestro destino depende de que trabajemos para sobrevivir con inteligencia emocional, de lo contrario, una revolución de Izquierda o Derecha será solo la continuación de nuestra fragmentación.
2. Mínimo evolutivo
Todo pueblo tiene derecho a su Revolución, pero los pensamientos revolucionarios se agotan cuando al tener el Poder se diluye en palabras.
La nación debe girar alrededor de las inquietudes básicas de su pueblo enriqueciendo su revolución con evolución, de lo contrario; todo su sacrificio sería consumido entre nuevos truenos revolucionarios.
Izquierda sí, Derecha también, de lo contrario; jamás evolucionará nuestra vida…
La gran regla evolutiva de la humanidad radica en saber conservar y liberar.
3. Por ello y aquello
¿Qué pasará con este país cuando la gran comunicación emocional y carisma de Rafael Correa pierda ritmo?
¿Qué pasará con el slogan “La Patria ya es de todos”?
Quizá, terminará sirviendo de sepultura para la imagen de este novel líder.
Toda Revolución, se vuelve tarde o temprano imposible cuando el Populismo la alimenta, luego, solo queda la nostalgia de lo que pudo ser.
Las estructuras sociales siguen siendo humilladas día a día con más caridad y menos trabajo, generando más dominación sobre el pueblo.
Monseñor Leónidas Proaño, decía: “El evangelio es lógico, promueve la subversión en este mundo de pecado; esa es la revolución del evangelio”.
Pregunto: ¿Les apetece levantarse, cuando el Presidente se compra un avión de 30 millones de dólares, trae un chef belga y su esposa juega a saltar de un avión militar a costillas de todos los ecuatorianos?
El pueblo sigue experimentado la misma crisis profunda, pero con un chupete más grande que lo inmoviliza $30 dólares de limosna, en tanto; las iniquidades y los atropellos se agudizan y la propaganda y la hipocresía nos distrae, sin poder corregir la ignorancia que masivamente se padece.
Ojo, mientras Correa peca de la lujuria comprándose con la plata de los más necesitados un avión de 30 millones de dólares y se gasta en un cocinero belga para satisfacer sus excentricidades culinarias, el pueblo peca de perezoso, esperando que los gobiernos por mágica providencia solucionen sus problemas.
Por ello y aquello, a nuestro país nunca le cuaja un proyecto de largo plazo.
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