La domesticación universitaria

 

  1. En mi querido Ecuador el abismo de los que comen y los que no comen jamás permitirá un funcionamiento de cambio sustancial alguno, peor un funcionamiento democrático. La democracia solo se fortificará si el hambre llega a cero y la educación se potencia, ese será el momento de partida hacia un Ecuador para todos y el momento real de reconciliación nacional y global.

 

  1. La guerra es una cuestión eterna, se trata de algo que subyace en lo íntimo de la sociedad humana, y eso hace que el hombre dominado por la pulsión de muerte se mate (porque esa tal vez es su razón de ser). Inclusive no se trata de dominación porque hay sociedades donde no hay jefes y sin embargo pelean.

 

Ninguna ley se sostiene ante un pueblo que se rebela dice Cornelius Castoriadis.

¿Por qué diablos miles de humanos van a la guerra, será porque un loco los convence o el objetivo humano es la muerte?

Hitler era loco, ¿pero los millones de alemanes eran también locos suicidas?

 

  1. Miremos la función educativa universitaria, si profundizamos concluiremos que es una prisión que hay que destruir (ya no admite reformas).

La función educativa no ha logrado generar respuestas coherentes a las cuestiones de la vida propia y común de la Nación. Ni nuestra economía ni la tecnología con que hacemos las cosas, ni nuestro espíritu de identidad tienen cohesión, y sin cohesión nada de esto funciona.

Las universidades han sido incapaces de instituirse e instituir su alma matér en la sociedad, y quienes al final han ganado son los poderes informales del pensamiento, de la tecnología y del lenguaje.

La universidad ecuatoriana debe implotar para renacer.

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